PUERTO RICO. Si bien se esperaba que el municipio tomara
medidas tendientes a eliminar el basural que naturalmente fue creciendo a
partir de que la misma Municipalidad comenzara a tirar basura allí; nada de eso
sucedió, pues las autoridades no tomaron ninguna medida que combatiera el
delita ambiental que se está cometiendo al convertir en basural una extensa
zona del Parque Municipal Protegido “Monte Seguín”. Así lo pudo constatar EL
PERIÓDICO luego de visitar el lugar y observar que se sigue tirando basura de
todo tipo.
En diciembre de 2016, este medio mostró cómo tanto la
Municipalidad como vecinos, arrojan basura en ese espacio que debería ser una
reserva ecológica, por forma parte de las 300 hectáreas que la Provincia
expropió para dejar bajo el cuidado y la administración del municipio.
El escándalo se desató durante el mes de mayo de 2014. En ese momento, desde el Municipio explicaron
que sería solamente por unos días, pero lejos de eso, el lugar ya se ha
convertido en un verdadero basural con montañas de basura de todo tipo.
Según los carteles puestos en el acceso al predio, el lugar
es para depósito exclusivo de residuos de poda y cubiertas para reciclado, sin
embargo, pilas de basura de toda clase se extienden por cientos de metros.
El “Parque Natural Municipal Monte Seguín” es un predio
destinado a la protección de la naturaleza en su estado autóctono, razón
principal por la que no prosperó el proyecto de trasladar a ese mismo lugar las
instalaciones del Motoclub, por ser considerada una actividad incompatible con
la protección de la fauna. Por esa misma razón tampoco prosperaron otros
proyectos que no contaron con el apoyo del municipio, que tal vez ya tenía
pensado darle este fin.
Amparado en la Ley 2.932 de Áreas Naturales Protegidas, el
Municipio sancionó en el año 2009 la Ordenanza 119/09 por medio de la cual se
creó el mencionado Parque.
En reiteradas ocasiones varios vecinos denunciaron la quema
tanto de cubiertas como de basura en general, principalmente durante la noche,
sin embargo, las autoridades nunca brindaron ninguna explicación ni tomaron
medidas.
Ahora que el predio es reconocido popularmente como un
basural, no solamente ocurre que muchos vecinos colaboran con el concepto
llevando ellos mismos sus residuos, sino que también las personas que hacen de
la basura su medio de subsistencia, visitan asiduamente el lugar, como suele
ocurrir en todos los basurales, a fin de rescatar algo de utilidad. De ese
mismo modo se rebuscan los miembros de las familias Mbya guaraní recientemente
trasladadas al lugar, según lo pudo ver EL PERIÓDICO.
Hace cinco meses, este medio volvió a destacar esta
irregularidad, pero hasta el momento las autoridades locales, ni provinciales,
como tampoco organizaciones ambientalistas se pronunciaron al respecto, mientras
el problema sigue creciendo.
Nota y fotos: Sergio López
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