(Nota Histórica)
Rubén Edgardo Rondinone (Rondi), era un personaje de Puerto
Rico. Tenía una forma de ser muy particular y popular. Los viernes solía salir
vestido con sus jeans rotos, pelo largo suelto y desprolijo, barba larga. Era
imposible no verlo. Pero al otro día, sábado, se afeitaba, se peinaba muy bien,
vestía su mejor traje y salía por la ciudad. Nuevamente era imposible no verlo.
Según su padre, Raúl Eduardo Rondinone, su hijo tenía una personalidad muy
especial, inclusive con muchas cosas que a él como padre no le gustaban, “pero
él era así, además de sus particularidades era una persona muy amigable y generosa”,
dijó.
El 28 de febrero del 2003 encontró la muerte trágicamente en
su departamento de la Avenida San Martín y Pellegrini de Puerto Rico. El pasado
11 de marzo hubiese cumplido 41 años.
Era una mañana normal de trabajo para familia Rondinone
hasta aproximadamente las 10 de la mañana cuando preocupados porque su hijo no
aparecía lo fueron a buscar a su departamento. La madre se sorprendió al
descubrir que la puerta estaba abierta, pero esa sorpresa no sería nada cuando
en un instante descubriría que el cuerpo de su hijo de 26 años yacía en la cama
en medio de un charco de sangre.
“Nosotros todos los días cuando llegábamos al negocio (Topo
Deportes) lo llamábamos porque él vivía en el departamento lindante, pero ese
día como sabíamos que tenía que ir a hacer unos trámites no nos preocupamos en
llamarlo. Cuando pasaron las horas nos llamó la atención y fuimos a ver. Jamás
nos imaginamos encontrar a nuestro hijo muerto”, explicó a EL PERIÓDICO Raúl,
el padre de Rondi, sin poder contener el dolor del recuerdo.
La principal sospecha recayó inmediatamente en su mujer, que
fue demorada a las pocas horas. Fue procesada y estuvo tres años tras las
rejas, pero luego del juicio fue liberada por falta de méritos.
“Ellos se estaban separando, ella ya tenía todas las cosas
preparadas y al otro día se iba a ir. Esa noche yo tuve un mal presentimiento,
le pedí que se quede en casa con nosotros a cenar y a dormir, pero él insistió
en irse al departamento porque pensó que si ella no encontraba donde quedarse
no tendría a dónde ir y no quería que se quedara en la calle, quería estar en
el departamento por si ella volvía, para dejarla quedarse una noche más. Él era
así, era muy generoso. Y eso fue lo mortal. Si se hubiese quedado con nosotros
no hubiese pasado nada y seguiría vivo”, reflexionó Raúl.
Al costado de la cama había un revolver calibre 22 para
simular un suicidio, pero las pericias demostraron que la causa de la muerte
fue un golpe en el cráneo con un objeto contundente.
El 28 de febrero se cumplieron 14 años desde este macabro episodio
de la historia de Puerto Rico. El 11 de marzo Rondi hubiese cumplido 41 años y…
quién no lo recuerda como si fuese ayer, paseando con su moto por la avenida
San Martín.
Por Sergio López
*(Nota publicada en la edición impresa de El Periódico durante
el mes de abril de 2014 – algunas fechas fueron actualizadas para la presente
publicación).
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